Fusil Minié usado en la Guerra del Pacífico por el ejército peruano

Jorge Basadre, al tratar el tema de Castilla y la defensa nacional en su segundo período, decía que el armamento de la infantería «se unificó con los llamados rifles Minié», agregando que anteriormente se habían usado fusiles de chispa y otros de pistón o fulminante.  Proseguía diciendo que la caballería también registró un cambio en su armamento, introduciéndose las carabinas Sharps (americanas).  Finalmente, Basadre afirmaba que Castilla también se preocupó por adquirir los nuevos fusiles de aguja, de ocho tiros por minuto (Esto, evidentemente, coloca a Castilla en una posición de adelanto y clarividencia, insuficientemente destacada en el país y en las fuerzas armadas a nivel mundial.

 

El Minié fue un importante fusil en el siglo XIX, desarrollado en 1849 tras la invención de la bala Minié en 1847 por el Capitán Claude-Étienne Minié de los Chasseurs d’Orléans del Ejército francés y Henri-Gustave Delvigne. El fusil fue diseñado para permitir una rápida recarga, una innovación que difundió el empleo masivo de esta arma en combate. Fue desarrollado luego de las dificultades que tuvo el Ejército francés en el norte de África, donde habitualmente era atacado desde grandes distancias gracias a las espingardas artesanales, pero con cañones largos, de los argelinos.

Funcionamiento:

El fusil Minié empleaba una bala cilindro-cónica de plomo blando, ligeramente más pequeña que el diámetro del cañón, con tres estrías externas llenas de grasa y una depresión cónica en su base. Al ser disparada, el gas en expansión presionaba con fuerza la base de la bala, deformándola para encajar en las estrías del ánima del cañón. Esto producía rotación para una mayor precisión, un mejor sello para una velocidad constante y un mayor alcance, además de eliminar los residuos en el cañón.

Antes de esta innovación, el mosquete era la única arma práctica. Las armas con ánima estriada habían sido empleadas desde el Renacimiento, pero necesitaban empujar a martillazos la munición dentro del cañón, produciendo considerables problemas de limpieza. El sistema de varilla (de breve existencia) empleaba una varilla dentro de la recámara, que deformaba la bala contra las paredes del cañón al ser atacada con la baqueta. Pero este sistema era muy problemático para limpiarse, especialmente con las pólvoras de la época.

El Fusil Minié tenía una llave de percusión y pesaba 4,8 kg (10 lb). Teniendo una precisión razonable hasta 550 m (600 yd), estaba equipado con alza y punto de mira para apuntar efectivamente. Su bala podía penetrar 10 cm (4 in) de madera de pino blanda a 918 m (1000 yd). La bala con base hueca tenía un calibre de 17,8 mm (.702 in) y pesaba 32,4 g (500 granos).

 

 Varios tipos de balas Minié.

Una prueba llevada a cabo en Vincennes en 1849, demostró que la bala era capaz de penetrar dos tablas de madera de álamo con un espesor de 16,93 mm (2/3 in) cada una y separadas por 50,80 cm, a 13,71 m (15 yd). Los soldados de la época esparcieron los rumores que la bala podía atravesar a un soldado y su mochila, además de matar a cualquiera que estuviera detrás de éste a 1.097,3 m (1200 yd) e incluso matar a 15 personas puestas en fila.

Este fusil fue empleado de forma limitada en la Guerra de Crimea y fue la principal arma de Infantería en la Guerra de Secesión. El gran calibre de estas balas fácilmente deformables (13-18 mm) combinado con la alta velocidad de rotación producían terribles heridas.

Las grandes balas del fusil Minié producían enormes heridas.

Obsolescencia:

El fusil Minié se volvió obsoleto en 1866, desde la Segunda Intervención Francesa en México, ya que el ejército francés, equipado con esta arma, empezó a tener desventajas contra los mexicanos (partidarios de Benito Juarez) que estaban equipándose con armas de repetición como las carabinas Winchester (llamadas carabinas Henry) y los fusiles Spencer, también de repetición. Estas armas eran adquiridas en Estados Unidos, y provocaron considerables bajas a los franceses. En la Batalla de Sadowa, los austríacos, equipados con este tipo de fusil, fueron derrotados por los prusianos que tenían fusiles de cerrojo Dreyse. En Francia, los fusiles Minié existentes fueron modificados para emplear un mecanismo de retrocarga que se parecía a una tabaquera, por lo que fueron conocidos como fusiles Tabatière. Al poco tiempo, el fusil de cerrojo Chassepot fue adoptado por el ejército francés.