La batalla de las Termópilas, lucharón los 300 espartanos de Leonidas y sus aliados contra la invasión del Imperio persa de Jerjes I de unos 250 mil soldados y en la Batalla de Arica en la Guerra del Pacífico, los 1,600 peruanos, lucharón contra 5,500 a 6,000 soldados delejército chileno.
1. Se enfrentaron a un enemigo numéricamente superior:
En las Termópilas, los espartanos y sus aliados formaban un grupo pequeño (el número varía entre los 5,200 y los 11.200 soldados, según las distintas versiones), mientras que los persas eran cerca de 200.000 soldados.
La versión peruana de las Termópilas.
En Arica, las fuerzas peruanas también era un grupo pequeño (su número varía entre 1,600 y 1,900 soldados, según las distintas versiones) y, en el mar, sólo tenían al viejo monitor Manco Cápac y la lancha torpedera Alianza.
Las tropas chilenas eran superiores (su número varía entre 5,500 y 6,000 soldados, según las distintas versiones) y, en el mar, al blindado Cochrane, la cañonera Magallanes, la goleta Covadonga y el transporte Loa.
2. Sufrieron una traición que significó su violenta derrota:
Los defensores griegos lograron detener por unos días al ejército persa en el paso de las Termópilas, ya que este era estrecho y la superioridad numérica de los persas era inútil en un terreno así. Fue entonces que el rey persa Jerjes recibió la visita del tesalio Efialtes que,aparentemente con el fin de obtener una recompensa, le propuso guiar a sus hombres por un camino secreto para vencer a los griegos. Ese fue el factor que le dio a los persas la victoria.
En el caso peruano, el coronel Francisco Bolognesi le mandó cartas a su compañeros Segundo Leyva y Lizardo Montero (su imagen es la de abajo), en los días previos a la batalla de Arica, para que le apoyasen con sus cerca de 3,000 hombres y causar el mayor daño posible a las tropas enemigas. Sin embargo, ellos no le brindaron apoyo y las tropas de Arica fueron derrotadas.
Lizardo Montero
3. No se rindieron ante el enemigo:
El rey Jerjes I envió un emisario para solicitar la rendición de los griegos, al ver la inferioridad numérica de estos. Les ofreció además que les entregarían tierras fértiles si se rendían. El rey espartano Leónidas I rechazó la propuesta, pero el emisario insistió en que depusiera las armas. Entonces, Leónidas dijo: “Ven a buscarlas tú mismo”. Jerjes esperó 4 días para que los griegos se retiraran pero, como esto no pasó, decidió atacar.
El 5 de junio de 1880, el coronel chileno Pedro Lagos (su imagen es la de abajo) envió al mayor José de la Cruz Salvo a pedir la rendición de los peruanos. Bolognesi consultó con sus oficiales y todos rechazaron la rendición. Entonces Bolognesi contestó: “Tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”. Debido a eso, las fuerzas chilenas iniciaron un bombardeo desde tierra y mar para amedrentar a los defensores. El 6 de junio fue enviado el ingeniero peruano Teodoro Elmore, que era prisionero de los chilenos, para pedir que Bolognesi se rinda, pero se negó nuevamente a rendirse.
Coronel chileno Pedro Lagos
4. Fueron vencidos en una sangrienta batalla:
Al rodear el paso, los persas hicieron retroceder a los soldados focidios, quienes cuidaban el paso. Al enterarse de esto, Leónidas convocó a una reunión. No se sabe si los aliados decidieron retirarse o si Leónidas los obligó a irse. Al final, sólo quedaron los soldados espartanos y sus aliados tespios y tebanos. Finalmente, los persas llegaron junto a los Inmortales (guerreros persas de élite y guardias del rey) y vencieron a los griegos, muriendo la totalidad de espartanos y tespios (los tebanos se rindieron durante la batalla).
La mañana del 7 de junio de 1880, las fuerzas chilenas comenzaron el ataque. La lucha se desplazó hasta el morro de Arica, donde la victoria chilena se concretó. En el mar, la lancha Alianza huyó al norte y su tripulación la hizo estallar, y el monitor Manco Cápac fue hundido por orden de su capitán, José Luis Sánchez Lagomarsino.
En ambos casos, la razón fue la misma: evitar que las naves fueran capturadas por los chilenos. Murieron cerca de 900 combatientes peruanos (un número muy elevado que indica una masacre). Además murieron la mayoría de los comandantes (de los 15, sólo sobrevivieron Marcelino Varela, Juan Pablo Ayllón, Sánchez Lagomarsino y el argentino Roque Sáenz Peña) lo cual no es normal.
5. Los cadáveres de los vencidos no fueron respetados:
Los persas solían tratar con respeto a los soldados valientes y a sus cadáveres. Pero no sucedió eso tras la victoria en las Termópilas, debido a un ataque de cólera de Jerjes. Este ordenó que al cadáver de Leónidas le cortaran la cabeza y el resto de su cuerpo fuera crucificado.
En Arica, cerca de 300 cadáveres de soldados peruanos fueron arrojados al mar desde la cima del morro por los soldados chilenos. Según el argentino Roque Sáenz Peña, quien recorrió el campo tras la batalla y caer prisionero, el cadáver de Bolognesi fue profanado, ya que le habían robado su chaquetilla y sus botas, y los bolsillos de su pantalones estaban vueltos hacia afuera.
6. Tras la batalla, los vencedores cometieron atrocidades :
Tras cruzar el paso de las Termópilas, el ejército persa saqueó e incendió las ciudades de Tespias y Platea, en la región de Beocia. Esto lo hicieron debido a que estas ciudades no se rindieron ante los invasores e incluso soldados de estas ciudades participaron en la batalla.
Tras ganar la batalla, el ejército chileno entró a la ciudad de Arica y asesinó a muchos heridos peruanos, incluso en la iglesia. Luego cometieron varios saqueos y mataron a varios civiles, incluso a extranjeros. Finalmente, los jefes restablecieron el orden.
7. Los vencidos y sus líderes dejaron un legado de resistencia al invasor y amor a la patria:
La gesta de Leónidas y sus soldados fue apreciada por los griegos, quienes no se rindieron. El ateniense Temístocles logró humillar a la flota persa en la batalla de Salamina. Después la victoria griega se concretó con la batalla de Platea. Hasta hoy, el recuerdo de Leónidas perdura e incluso hay estatuas suyas en Esparta y en las Termópilas.
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El sacrificio de Bolognesi y sus hombres hizo que el Perú no aceptara la derrota y promovió la resistencia a las invasiones a Lima y a la sierra. Posteriormente, el general Andrés Avelino Cáceres logró organizar una resistencia que mantuvo al ejército chileno en jaque hasta la rendición de Miguel Iglesias.
Bolognesi se convirtió en un gran ejemplo a seguir, por lo que fue declarado como patrono y héroe máximo del Ejército del Perú.
Fuente:
taringa.net
