Rendición incondicional de Iglesias: El Grito de Montán

El Grito de Montán o Manifiesto de Montán es el nombre con el que se conoce a la proclamación o manifiesto que el general peruano Miguel Iglesias dio a la nación peruana el 31 de agosto de 1882, en plena Guerra del Pacífico. Se denomina así por el nombre del lugar en que aparece suscrito, la hacienda de Montán, en la provincia de Chota del departamento de Cajamarca.

Iglesias, entonces jefe militar y político de los departamentos del Norte, proclamó la necesidad de acordar la paz con Chile, aún si esta implicase la cesión de las provincias del sur, pues consideraba que el Perú había ya perdido la guerra en 1881 con la caída de Lima y que era necesario apartar el azote bélico a las poblaciones peruanas, que continuamente sufrían las represalias del invasor, entre matanzas, expoliaciones y daños de todo género.

El trasfondo de esto fue el temor que tuvo Iglesias a una rebelión campesina antifeudal que ponga fin a un régimen injusto y opresor que pesaba sobre los campesinos y encumbrara a Cáceres en el poder. Recordemos que Iglesias era uno de los más ricos terratenientes del norte. En otras palabras, con el propósito de salvar sus haciendas y las de sus colegas los gamonales del norte y evitar ver perjudicados sus intereses como terrateniente.

Miguel Iglesias.

 

En Noviembre del mismo año (25 de noviembre de 1882), una asamblea legislativa reunida en Cajamarca nombró a Miguel Iglesias Presidente Regenerador, encargándosele la plena potestad de negociar y firmar la paz con los chilenos. Cáceres no reconoce este gobierno y mantiene su inquebrantable voluntad de luchar contra el invasor. Obviamente los chilenos reconocen y protegen a este gobierno títere dado que iba a ser el instrumento dócil por el cual obtendrían todas sus exigencias y demandas.

 

Manifiesto de Montan

 

Fuente:

es.wikipedia.org