Sobre Daza, y los verdaderos traidores

Sobre Daza, y los verdaderos traidores:
«EL ALTO DE LA ALIANZA», LA GUERRA QUE AUN NO TERMINÓ.

Hace 137 años atrás el patriótico ejercito boliviano se batía junto con el ejército peruano, contra el invasor chileno.

Chile, fue siempre un país pobre, Dios le había negado la riqueza del guano, la plata y los recursos naturales de la costa boliviana; pero, en cambio el «diablo» le otorgó la habilidad primera del pecado, traicionar a sus hermanos. Tramó desde hace años atrás una cobarde invasión a las prosperas y desprotegidas costas bolivianas, la invasión se consumó el 14 de febrero de 1879… un año después el 26 de mayo de 1880, Bolivia se batía en una guerra frontal contra el arauco invasor.

La lucha desigual duro hasta que duraron los hombres, y las armas… cuando callo las armas… solo los gritos de los hombres heridos podían ser escuchados… !los cobardes! se pusieron a rematadas a bayoneta y saña a los heridos de ambos bandos…!!!
Ni la heroica y compañera «rabona» pudo atajar el vil asesinato de los pocos heridos…

Así es la penosa gloria de Chile, de aquellos sanguinarios oficiales, y ebria soldadesca; el seco desierto ese día sorbió torrentes de sangre!! de vano sacrificio!!!

Esa fue la ultima gran batalla bélica con Chile, dentro del país.. quedaron los viles traidores….!!! Que luego se hicieron del poder, y desde ahí desfiguraron la historia, a su conveniencia económica y personal.

Aniceto Arce, el gran traidor, el apodado «Señor Huanchaca», sería posteriormente Presidente de Bolivia. El mismo, era accionista y presidente de la «Compañia Huanchaca» con socios ingleses, y mas que todo chilenos, agrando sus intereses pues anexó Pulacayo con el territorio ocupado de Antofagasta, con un ferocarríl privado… cuando murió la «Compañia» desde París, mando su estatua que hoy se alza en la PLAZA DE ORURO.. con una historia al traidor.

…Hilarión Daza fue, escogido como víctima propiciatoria para purgar los errores y las traiciones de los hombres y conductores de aquella funesta guerra que en su momento obnubilados por los cantos de sirena del Mapocho cayeron consciente o inconscientemente en sus redes.

La «Retirada de Camarones», que fue obra exclusiva de un plan maquiavélico trazado por el Estado Mayor Chileno obedeciendo consignas del capitalismo inglés ya ligado a los intereses salitreros de Valparaíso y Santiago. El plan consistía en separar a Bolivia de la Alianza con el Perú y ponerla a la vanguardia de las conquistas chilenas. Como para ello no lograron doblegar a Daza, se sirvieron de la Quinta Columna que ya operaba en Bolivia, la misma que estaba conformada por ciudadanos bolivianos cuyos intereses mineros se hallaban ligados a los intereses anglo-chilenos.

El cerebro de esta organización era ANICETO ARCE, accionista mayoritario del Huanchaca, siendo su inmediato Luis Salinas Vega, quien logró convencer y utilizar a Gabriel René Moreno, Narciso Campero, y Eliodoro Camacho para sus siniestros fines. A Moreno lo utilizaron como portador de las famosas “Bases” que fueron rechazadas por Daza en un acto de lealtad al aliado, que no ha sido apreciado debidamente. Campero y Camacho entraron en juego con el señuelo de la Presidencia que al final de la tragicomedia quedó en manos del primero.

Los traidores una vez en el poder, pusieron sus nombres a todas las instituciones, y quedaron como salvadores y patriotas.

¿Cómo actuaron Camacho y Campero? Indudablemente que ambos tuvieron la responsabilidad en los acontecimientos de Camarones y San Francisco.

Campero al mando de la «Quinta División», la mejor organizada y la mejor armada, circunvaló por los desiertos de Tomave DESOBEDECIENDO las instrucciones terminantes para avanzar a reforzar el Ejército Aliado. Camero tuvo tiempo suficiente para llegar a San Francisco, pero no lo hizo. La presencia de Aniceto Arce en su campamento y la paralización de esa división son demasiado elocuentes.

Camacho tuvo oportunidad de actuar en Camarones donde influyó decisivamente para la retirada que después se la endilgó a Daza.

Obviamente que a ambos Aniceto Arce les ofreció la Presidencia de la República por separado, habiendo madrugado Campero, quien en vez de dirigirse al campo de combate SE FUE DIRECTAMENTE A ORURO A PROCLAMARSE.

El plan era sencillo. Había de derrocar a como dé lugar a Daza que era el estorbo para la ruptura de la Alianza Perú-Boliviana. ¿Y cómo lograrlo? Había que desprestigiarlo y qué mejor oportunidad que en la marcha que haría hacia el encuentro del Ejército de San Francisco. Todo fue preparado meticulosamente y se produjo la vergüenza de Camarones y luego la deposición de Daza.

Aniceto Arce, apodado el «Sr. Huanchaca»

 

 

Por: Miguel Salas Aguilar